Un cerdo entro en el rebaño de carneros, y se alimentaba junto a ellos. Pero un día un pastor lo cogió y el cerdo se puso a gruñir e intentaba escapar.
Entonces los carneros lo regañaron por ruidoso, y le dijeron:
– A nosotros también nos cogen y nunca nos quejamos
– ¡Claro! –Replicó el cerdo- porque no es con mismo objetivo, a vosotras os cogen por la lana, en cambio a mí me quieren por mi carne.
Moraleja de la fábula de Esopo: El cerdo y los carneros
Cuando perdamos algo que podemos reemplazar con facilidad no nos tenemos preocupar, pero sí, si lo que perdemos es algo irremplazable