Las zorras a orillas del río Meandro

Era un día muy caluroso, el sol estaba en todo su esplendor, unas zorras para calmar su sed, se congregaron a las orillas del rio Meandro, pero las aguas del rio estaban muy turbulentas, y por más que se animaran unas a otras, ninguna se atrevía a lanzarse al rio.

Finalmente una de ellas hablo, queriendo doblegar a las otras, mofándose de su miedo, alardeando de ser ella la más valiente. Así que dio un brinco cayendo en el agua atrevidamente e imprudente. Pero la potente corriente la llevo hasta el centro del rio, y las otras zorras, siguiéndola desde la orilla le exclamaban:

¡No nos abandones hermana, regresa y dinos como seremos capaces de beber agua sin peligro!

Pero la irreflexiva zorra, arrastrada sin resistencia alguna, y tratando de tapar su cercana muerte, respondió:

En este instante llevo un mensaje para Mileto; cuando regrese os mostrare como hacerlo.

Dos zorras a las orillas del río

Moraleja de la fábula de Esopo: las zorras a orillas del río meandro

Normalmente, la gente que fanfarronea esta siempre muy cerca del peligro.

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