Los lobos enviaron una carta a un rebaño de carneros, prometiendo la paz entre ellos si entregaban a los perros. Los carneros aceptaron, excepto el carnero padre, que les reclamó a los lobos:
– ¿Cómo voy a creer en vosotros? -dijo el padre carnero- ni con la vigilancia de los perros puedo pasear tranquilo
Moraleja de la fábula de Esopo: Los lobos, los carneros y el carnero padre
Nunca te deshagas de lo más valioso para tu propia seguridad.