La gata con cascabeles

Salió cierta mañana

Zapaquilda al tejado

con un collar de grana,

de pelo y cascabeles adornado.

Al ver tal maravilla,

del alto corredor y la guardilla

van saltando los gatos de uno en uno.

Juntándose al instante

tal concurso gatuno

en torno de la dama rozagante,

que entre flexibles colas arboladas

apenas divisarla se podía.

Ella, con mil monadas,

el cascabel parlero sacudía.

Pero, cesando al fin el sonsonete,

dijo que por juguete

quitó el collar al perro de su señora,

y se lo puso a ella.

Cierto que Zapaquilda estaba bella:

A todos enamora,

tanto, que, en la gatesca compañía,

cuál dice su atrevido pensamiento,

cuál se encrespa celoso;

riñen éste y con ardimiento,

pues con ansia quería

cada gato soltero ser su esposo.

Fábulas de Samaniego

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *