Los más autorizados, los más viejos
de todos los Cangrejos
una gran asamblea celebraron.
Entre los importantes puntos que trataron,
a propuesta de un presidente,
como resolución la más urgente
tomaron la que sigue: —Pues que al mundo
estamos dando ejemplo sin segundo,
el más vil y grosero
en andar hacia atrás como el soguero;
siendo cierto también que los ancianos,
duros de pies y manos,
causándonos los años pesadumbre,
no podemos vencer nuestra costumbre.
Toda madre, desde este mismo instante,
ha de enseñar a andar hacia delante
a sus hijos; y dure la enseñanza
hasta quitar del mundo tal usanza.
—Garras a la obra, dicen las maestras,
que se creían diestras.
Y, sin dejar ninguno,
ordenan a sus hijos uno a uno
que muevan sus patitas blandamente
hacia adelante sucesivamente.
Pasito a paso, al modo que podían,
ellos obedecían;
pero al ver a sus madres que marchaban
al revés de lo que ellas enseñaban,
olvidando los nuevos documentos,
imitaban sus pasos, más contentos.