En la rama de un árbol, bien creído y contento, con un queso en el pico estaba el señor Cuervo. Del olor atraído un Zorro

Salió cierta mañana Zapaquilda al tejado con un collar de grana, de pelo y cascabeles adornado. Al ver tal maravilla, del alto corredor y la

Estaba un ratoncillo atrapado en las garras de un león; el desdichado en la tal ratonera no fue preso por ladrón de tocino ni de

Una tortuga a un Águila rogaba Que le enseñase a volar; así la hablaba: —Con sólo que me des cuatro lecciones, ligera volaré por las

Un pozo pintado vio una paloma sedienta: tirándose a él tan violenta, que contra la tabla dio. Del golpe, al suelo cayó, y allí muere

Un asno cojo vio que le seguía un lobo cazador y, no pudiendo huir de su enemigo, le decía: —Amigo lobo, yo me estoy muriendo;

Al que ostenta valimiento, cuando su poder es tal que ni influye en bien ni en mal, le quiero contar un cuento. En una larga

Subió una mona a un nogal, y, cogiendo una nuez verde, en la cáscara la muerde; y le supo muy mal. Tirándola el animal, y

Desde el gran Zapirón, el blanco y rubio, que después de las aguas del diluvio fue padre universal de todo gato, ha sido Miauragato quien

Encontró el cuervo dormida a la serpiente, y, al quererse cebase de ella hambriento, le mordió la venenosa. Sepa el cuento quien sigue a su

—Ay, ¡quién fuera caballo!, un asno melancólico decía, entonces sí que nadie me vería flaco, triste y fatal como me hallo. Tal vez un caballero

Había culebra que, de frío yerta, en el suelo estaba medio muerta un hombre la cogió, fue tan bueno, que cuidadosamente la abrigó en su