Un cervatillo le dijo a un ciervo:
– Padre, eres más grande y rápido que los perros y tienes unos cuernos enormes para poder defenderte, ¿por qué huyes de ellos?
– Hijo, es cierto todo lo que me dices, pero no sé qué me pasa cuando escucho un ladrido de un perro, es oírlo y salir corriendo.
Moraleja de la fábula de Esopo: El ciervo y el cervatillo.
Cuando eres una persona miedosa, no hay nada que pueda cambiarlo si tú no quieres.