Había una cierva que le faltaba un ojo, estaba en las orillas del mar, mirando por su ojo intacto hacía la tierra para poder detectar si llegaban los cazadores, y con el lado en donde carecía del ojo hacia el mar, donde ella no esperaba ningún peligro.
Pero había gente navegando en el mar, y al ver a la cierva comenzaron a lanzarles flechas. La cierva agonizando, se dijo:
– Vigilaba la tierra, pensando que estaba llena de peligros, y el mar que consideraba un refugio, ha resultado más peligroso.
Moreleja de la fábula de Esopo: La cierva tuerta
Nunca aumentes el valor de las cosas. Intenta ver siempre sus ventajas y desventajas de forma equitativa.