Un lobo fue elegido entre todos los animales e hizo una ley ordenando que lo que cazaran lo pusieran en común para poder repartirlos en partes iguales; de esta manera los lobos ya no tendrían que devorarse unos a otros.
Un asno que estaba cerca lo escuchó y moviendo sus orejas, le dijo:
– Que maravillosa idea ha nacido de tu corazón, ¿pero por qué has escondido todo tu botín en tu cueva? Llévalo junto con los demás y repártelo, como has decretado.
El lobo ya descubierto, quito la ley.
Moraleja de la fábula de Esopo: El lobo y el asno
Si alguna vez llegas a tener el poder para mandar, tienes que ser el primero en cumplir tus propias leyes.