Un pastor llevó a sus cabras para pastar al monte y de pronto vio que les seguía unas cabras montesas. Llegando la noche, llevó a todas a una cueva.
A la mañana siguiente, hubo una fuerte tormenta y no pudo llevarlas a pastar al monte, entonces las cuido dentro de la cueva. Pero mientras a sus cabras les daba un puñado pequeño de comida, a las cabras montesas les daba mucho más, con el propósito de quedárselas. Al terminar el mal tiempo, salieron todas al campo y las cabras montesas escaparon a la montaña. El pastor les dijo que eran unas malagradecidas por abandonarlo después de haberles atendido muy bien. Entonces ellas les respondió:
– Tenemos razones para desconfiar de ti, porque recién hemos llegado y nos has tratado mejor que a tus viejas y leales cabras, significa que, si luego llegarán otras cabras, nos darías de lado por ellas.
Moraleja de la fábula de Esopo: Las cabras montesas y el pastor.
No confíes en quien quiere ser tu amigo y deja de lado a los antiguos.