Había un toro en una pequeña isla y dos escarabajos que se alimentaban de sus boñigas, cuando llegó el invierno uno de los escarabajos le dijo al otro que iba a irse para que el otro tuviera alimento suficiente, también le dijo que si encontraba alimento suficiente le traería para que él se alimentara también.
Cuando el escarabajo se fue, y llegó a tierra, se encontró con muchas boñigas, el escarabajo se quedó allí y se comió hasta el cansancio. Se terminó el invierno y el escarabajo volvió a la isla. El otro escarabajo al ver a su amigo gordo, le echó en cara que no le hubiera traído nada de alimento como prometió.
No tengo la culpa- replicó el escarabajo- es culpa de la tierra donde estaba, porque pude encontrar alimento suficiente para vivir allí, pero no podía traerme todo ese alimento.
Moraleja de la fábula de Esopo: Los dos escarabajos
Siempre habrá amigos que supuestamente te quieran ayudar, pero no siempre son sus verdaderas intenciones.