La gata convertida en mujer

La gata convertida en mujer es una historia que narra el amor imposible entre una gata y un joven, y el deseo de la gata de cambiar su naturaleza para estar con él.

Había una vez una gata que se había enamorado perdidamente de un joven apuesto y hermoso que vivía cerca de su casa. La gata lo observaba desde el tejado, y suspiraba por poder acercarse a él y recibir sus caricias. Pero sabía que era imposible, pues él era un humano y ella una gata.

Un día, la gata decidió rogar a la diosa Afrodita, la diosa del amor, para que la convirtiera en una mujer. Pensaba que así podría conquistar el corazón del joven, y vivir feliz con él para siempre. Afrodita, conmovida por el amor sincero de la gata, accedió a su petición, y la transformó en una bella doncella.

La gata, convertida en mujer, se vistió con las mejores ropas que encontró, y se dirigió a la casa del joven. Él, al verla, quedó deslumbrado por su belleza, y la invitó a entrar. La gata aceptó encantada, y se sentó junto a él en el sofá. El joven le habló de muchas cosas, pero ella no le prestaba mucha atención. Solo pensaba en lo mucho que lo amaba, y en lo feliz que era al estar con él.

Pero mientras estaban conversando, oyeron un ruido en la cocina. Era un ratón que había salido de su escondite, y que correteaba por el suelo. La gata, al oírlo, no pudo resistir su instinto felino, y saltó del sofá para perseguirlo. El joven se quedó atónito al verla correr a cuatro patas, maullar furiosamente, y atrapar al ratón con sus dientes.

Entonces se dio cuenta de que aquella mujer no era otra que la gata que solía ver en el tejado. Se sintió engañado y decepcionado, y le dijo a la gata que se fuera de su casa. La gata se arrepintió de haber perdido su forma original, y de haber asustado al joven. Se dio cuenta de que el amor no puede cambiar la naturaleza de las cosas, y que era mejor ser una gata feliz que una mujer infeliz.

Ilustración de una mujer rubia con vestido blanco que mira a un ratón con nostalgia, representando la fábula de Esopo: La gata convertida en mujer

La moraleja de la fábula: La gata convertida en mujer

Es que no debemos pretender ser lo que no somos, ni forzar el amor donde no lo hay. También nos enseña a aceptarnos tal como somos, y a valorar nuestras cualidades y defectos. A veces el cambio no es para mejor, y lo podemos lamentar.

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